La nota que publiqué
aquí el pasado 2 de agosto titulada “Que
es lo que quieren?: La expansión de las desigualdades”, buscaba alertar
sobre las intenciones de quienes nos presionan a evolucionar hacia fórmulas
capitalistas en nuestra economía.
Fue bien recibida y compartida, pero también
en varios espacios de debate hubo compañeros (buenos compañeros) que expresaron
que el temor a la expansión de las desigualdades sociales podría convertirse en
un freno a los cambios necesarios para aumentar la productividad del trabajo y
construir la prosperidad que tanto deseamos y necesitamos.
Tal preocupación es
entendible pero es injustificada: No necesitamos para nada la expansión de las
desigualdades. Nuestra economía puede crecer sin ello.
De hecho, los datos (de nuevo y siempre “los
datos”) indican que la realidad es al revés: Las desigualdades sociales generan
ineficiencia en la economía.
Sugiero leer el excelente ensayo publicado por
la Dra. Alicia Bárcena y su equipo de la Comisión Económica para América Latina
(CEPAL) titulado “La Ineficiencia de la
Desigualdad”. Está accesible en internet ( https://www.cepal.org/es/publicaciones/43442-la-ineficiencia-la-desigualdad).
De ese ensayo es la
siguiente gráfica que relaciona el Índice de Gini (un coeficiente que mide el
grado de desigualdad de los ingresos, y que es mayor a mayor desigualdad) con
la productividad del trabajo en un grupo grande de países.
La conclusión es que
la desigualdad afecta negativamente la productividad. Los países con mayores
índices de desigualdad son los menos productivos.
Uno de los mitos de la
ideología capitalista pretende convencernos de que las desigualdades sociales
son necesarias para el crecimiento de la economía. Se pretende así legitimar el
sistema de propiedad privada sin límites y libre competencia sin control que
las engendra.
Esa afirmación no
resiste la contrastación con los datos: De hecho en varios países actualmente hay datos que demuestran que los
períodos de reducción de desigualdades coinciden con los de mayor crecimiento
de la economía.
Y viceversa.
Obviamente los cubanos
de hoy no estamos satisfechos con la dinámica a la que ha ocurrido y ocurre
nuestro desarrollo económico.
Hemos tenido y tenemos
problemas, lazos que atan las fuerzas productivas.
Pero el problema no
está en la equidad: está en la centralización de las decisiones económicas, y
la ironía reside en que muchas veces el camino de la centralización se ha
emprendido en nombre de la equidad.
La sabiduría colectiva
de los cubanos en este momento de transformaciones económicas (las vemos en la
prensa y en la calle todos los días) consiste en no confundir ambas cosas.
Y fortalecer el
consenso sobre los procedimientos que necesitamos, que no son ni la
transferencia incontrolada de la propiedad estatal hacia el sector privado o la
inversión extranjera, ni tampoco el control estatal burocrático sobre la
creatividad de las instituciones y los necesarios procesos de exploración en un
contexto mundial de cambios tecnológicos e incertidumbres.
A esta sabiduría nos
convoca el texto de la Constitución de la República que aprobamos masivamente
en el 2019 y que dice en su Artículo 30:
“La concentración de la propiedad en personas
naturales o jurídicas no estatales es regulada por el Estado, el que garantiza
además una cada vez más justa redistribución de la riqueza, con el fin de
preservar los límites compatibles con los valores socialistas de equidad y justicia
social”
Con ese lente hay que mirar todo lo que hacemos. No necesitamos
expansión de desigualdades para nada. Ya crecieron durante el período especial
y no deben crecer más.
Se preguntarán muchos,
justamente ¿y cómo se hace esto?. El tema tiene fuertes conexiones con la
construcción de cultura, y también con el desarrollo tecnológico, pero eso es
materia para próximos comentarios.
Agustín Lage Dávila
Centro de Inmunología Molecular
Excelente texto. Con datos. Necesitamos más como este! Muchas gracias Lage.
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarImportante tema a tratar en estos tiempos que corren.
EliminarPor favor podría mostrar el artículo o la referencia que demuestran que los períodos de reducción de desigualdades coinciden con los de mayor crecimiento de la economía. Gracias
Excelente argumentación. La solución tiene que ser reduciendo desigualdades sociales, preservando las conquistas de la Revolución.
ResponderEliminarImpecable su planteamiento Compañero, muchas gracias. Pareciera que el Presidente de México justamente está buscando ese modelo económico, crecimiento sin grandes desigualdades. Abrazo fraterno
ResponderEliminarMe alegra mucho esta reflexión del Dr. Agustín Lage, esclareciendo con su habitual manera de demostrar sus verdades. No son las desigualdades las que generan el incremento de la productividad como se confirma en el artículo de Alicia Bárcenas. En el socialismo las desigualdades están presentes por razones diversas, algunas derivadas de taras biológicas de seres humanas, que deben ser tratadas con sentido humanitario, pero la principal es el insuficiente desarrollo de las fuerzas productivas y de la aplicación de la ciencia y la tecnología con la vocación humanista de construir una sociedad más justa, en que haya igualdad de oportunidades y toda la justicia social posible. Muy de acuerdo con las apreciaciones del doctor Lage Dávila sobre la importancia de lo que se hace hoy en Cuba para superar dificultades y deficiencias con la participación creciente y efectiva de todos los ciudadanos. Serán muy interesantes también, las próximas publicaciones sobre este crucial tema, en el Blog de pensamiento del compatriota Agustín Lage.
ResponderEliminarMuy esclarecedor su escrito. Profundas palabras que comparto a plenitud! Gracias!
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