Hace unos días conmemoramos el aniversario 95 del natalicio de quien ha sido una de las personalidades políticas más relevantes del siglo XX: Fidel Castro.
Y aunque se celebra justamente su impronta en la historia, apenas comienzan a fluir ideas podemos darnos cuenta de que los debates sobre Fidel no son debates sobre el pasado: son sobre el futuro. De Fidel Castro no se puede hablar “en pasado”. Fidel pertenece al futuro y lo necesitamos para construir el futuro.
En el campo del desarrollo científico y tecnológico (que es solamente uno de los tantos campos del quehacer humano en que su pensamiento incursionó), y en la peligrosa década de los 90s, Fidel insistió en dos grandes conexiones del quehacer científico: la que tiene con la independencia nacional y la que tiene con el desarrollo económico.
Así lo dijo en 1990 en un Congreso de Pedagogía: “La independencia no es una bandera, o un himno, o un escudo. La independencia no es cuestión de símbolos. La independencia depende del desarrollo, la independencia depende de la tecnología, depende de la ciencia en el mundo de hoy”.
Y luego en 1993, ante un grupo de científicos en Santiago de Cuba expresó: “La Ciencia, y las producciones de la ciencia deben ocupar algún día el primer lugar de la economía nacional. Pero partiendo de los escasos recursos, sobre todo de los recursos energéticos que tenemos en nuestro país, tenemos que desarrollar las producciones de la inteligencia, y ese es nuestro lugar en el mundo, no habrá otro”.
Su visión de esas conexiones explica su insistencia en el desarrollo científico, la coherencia de su dedicación a este tema, su sistemática interacción con los científicos (que éramos jóvenes en aquella época) y la siembra que hizo de conceptos y valores tales como:
1-El compromiso con el futuro, aun en medio de enormes dificultades inmediatas.
2-El valor del conocimiento para la defensa de la soberanía nacional y la justicia social.
3-El acceso masivo a los conocimientos y la cultura como derecho humano, y como pre-requisito para el desarrollo económico.
4-La simultaneidad entre el esfuerzo por la extensión del acceso a la ciencia y la técnica, y el esfuerzo por la profundidad y la calidad.
5-La confianza en las enormes potencialidades intelectuales y éticas del ser humano.
6-La voluntad de plantearse metas cada vez más altas y más audaces. Gabriel García Márquez caracterizó una vez a Fidel como “un hombre de ilusiones insaciables, incapaz de concebir ninguna idea que no sea descomunal…”
7-El sentido de urgencia, captado en esa frase del propio Fidel (en 1967), que dice: “milito en el bando de los impacientes, de los apurados…”
8-La consagración al trabajo, como una expresión concreta de la ética del científico.
9-La idea de una economía basada en la Ciencia y la Tecnología, como palanca principal de nuestro desarrollo.
La visión de Fidel y la coherencia de sus acciones (la coherencia de pensamiento y acción es uno de los rasgos distintivos de los grandes líderes) le dio a la ciencia una centralidad y una responsabilidad en el proyecto social, que es una de las grandes originalidades de la Revolución Cubana.
Esa responsabilidad de la ciencia se mantiene hoy y no es casual que hayamos celebrado el 95 aniversario de Fidel con un evento internacional titulado “Fidel: Un hombre de ciencia con visión de futuro”.
Algo que vimos hacer a Fidel una y otra vez, fue identificar en cada momento y dentro de la complejidad de cada situación, cuales son los temas nacionales esenciales, aquellos en que aciertos (o fracasos) pueden tener un efecto multiplicador sobre todos los demás asuntos. Separar lo esencial de lo coyuntural y actuar en coherencia, siempre en coherencia.
Fidel nos guio ayer con esa aguda percepción de lo esencial. Hoy, ante los retos de los tiempos nuevos, tenemos que construir esa percepción entre todos.
Actualmente, en la compleja diversidad de asuntos que se discuten en todos los espacios de la sociedad se dibujan tres grandes temas nacionales:
1. Las posibilidades de la economía socialista (propiedad social, planificación y equidad distributiva) para construir prosperidad.
2. La potencialidad de nuestro sistema político para reforzar consensos, incorporar la crítica y multiplicar la participación ciudadana.
3. El futuro del diferendo histórico entre Cuba y los Estados Unidos.
Los grandes temas esenciales siempre son pocos y simples. No permitamos que complejidades y particularidades nos confundan.
En estos tiempos en
que ocurre el traspaso del liderazgo histórico de la Revolución hacia nuevas
generaciones, la imprescindible continuidad requiere un sólido consenso sobre cuáles
son las cuestiones nacionales principales.
Y para orientarnos en esos temas necesitamos ahora más que nunca del pensamiento de Fidel Castro. Fidel pertenece al futuro.
Agustin Lage Dávila
Muy bueno el artículo, sobre el cuál es necesario reflexionar, con claridad y objetividad, sobre la base y siguiendo el legado de Fidel.
ResponderEliminarLa unidad cómo pilar fundamental para continuar construyendo el futuro.
La unión nos dio la victoria y la unión la preservará. Podemos discrepar en muchas cosas, pero no en lo fundamental, en los principios, que son pocos.
ResponderEliminarMuy buena la alerta que hace Agustín.
Ya había comentado sobre la capacidad del Dr. C. Agustín Lage, de penetrar en la esencia de los problemas, y este artículo de hoy es un ejemplo de lo que afirmo.
ResponderEliminarEn menos de 900 palabras, el compañero Agustín plantea lo que considera esencial en el actual entramado nacional en que se ha de construir el futuro de nuestra sociedad.
El que mucho abarca poco aprieta, y si de construcción social se habla, el intentar abracarlo todo con la ingenua creencia de que lograremos abordarlo todo, es mucho más nocivo.
El maximalismo ingenuo no nos conducirá a un circuito seguro, como tampoco el minimalismo superficial. Hay que intentar descubrir y centrarse en los temas esenciales, que si bien desarrollarlos puede ser complejo, determinarlos con claridad puede tener la virtud de lo simple, que no es simplismo.
Yo exhorto a que alguien plantee un tema que no pueda estar incluido en estos tres que propone Lage, con los que concuerdo plenamente.
Ninguno de ellos es ajeno a los restantes, forman parte de un sistema.
En cuanto a la variable tiempo, considero que resulta esencial darle prioridad. Si bien tomarse mucho tiempo puede suponer que el problema tendrá una solución efectiva y duradera, alejada de improvisaciones; actuar responsablemente con sentido de la urgencia y aplicar todo el arsenal técnico de la toma de decisiones, es indispensable.
De nada vale diseñar y construir el sombrero perfecto, cuando ya no haya cabeza en que ponerlo.
Una vez más gracias a Agustín Lage, compañero de tantas batallas echadas y por echar
Excelente artículo del Profe Lage, que trata de las esenciales ideas que debemos tratar para lograr consensos sobre hacia donde caminar por una Cuba más próspera, solidaria y soberana.
ResponderEliminarProfe Lage, en primer lugar un reconocimiento a su obra y a su compromiso. Quería pedirle , si es posible, que escribiera algo sobre cuánto se invirtió en la creación del Polo. Cuando se habla del desarrollo de la Biotecnología creo que, a veces, se pasa por alto que fue también una decisión económica y que deben haberse invertido muchos recursos que, como aquí nunca han sobrado , de seguro se quitaron de otro sector. Mi petición viene pq he escuchado en nuestros decisores , en el Presidente y otros, que tenemos que desarrollar sectores con valor agregado , de alta tecnología, pero eso lleva dinero. Y, en los últimos 10 años, al menos lo más visible de las inversiones que ha hecho el país ha sido en hoteles( de lujo). Indudablemente necesario el turismo , pero y si se hubiera invertido en algo parecido al polo, ciclo cerrado, en energía solar y acumulación de energía? En qué sector de tecnología, para el desarrollo de la economía, estamos invirtiendo hoy? Nosotros no tenemos mucho dinero por tanto hay que escoger bien. Sería interesante su opinión. Una vez más reitero mi admiración
ResponderEliminarSaludos
Resalto la siembra de una economía basada en la ciencia y la tecnología, es decir una economía del conocimiento. Visión de Fidel válida para latinoamérica. Saludos desde Perú
ResponderEliminarhttp://economia-conocimiento.blogspot.com
Excelente precisión…” Los grandes temas esenciales siempre son pocos y simples. No permitamos que complejidades y particularidades nos confundan”
ResponderEliminarPensar desde la esencial es tener definido el problema que es el primer paso de su solución…
Esencial alcanzar la prosperidad de la economía socialista desde ella fortalecemos el sistema político y caerá el bloqueo en la medida que crezca nuestra economía, nunca antes,
Por lo que he visto entre la diversidad de publicaciones este artículo suyo está siendo citado hoy por muchos en nuestras empresa. Gracias por el blog
tradotto in italiano http://www.cubainformazione.it/?p=67924
ResponderEliminarEn el campo de las ciencias la opinión de Premio Nobel de Literatura, Gabriel García Márquez que caracterizó una vez a Fidel como “un hombre de ilusiones insaciables, incapaz de concebir ninguna idea que no sea descomunal...", pero no son muchas las investigaciones científicas que tengan una envergadura descomunal, realmente éstas son muy pocas, sobre todo en un país pequeño, pobre y con pocos recursos naturales. Posiblemente en el único campo que tuvo un éxito notable fue en la Biotecnología, a pesar del enorme costo en inversiones tan grandes como el CIGB, el CIM, el Centro de Producción de Vacunas "Carlos J. Fínlay" y el Centro de Inmunoensallo, pero sus grandes planes en la Agricultura y en la Ganadería, vitales para el desarrollo del país no han resultado exitosos, el ejemplo más desafortunado es el de la agroindustria azucarera con el fracaso de la Zafra de los 10 Millones y el desmantelamiento de 70 Centrales Azucareros, los de la Marina Mercante y la Flota Pesquera de los que sólo quedan las deudas. En general su dirección directa sobre la economía del país fue ineficiente porque el Modelo que tomó de la Unión Soviética, el Capitalismo Monopolista de Estado absolutamente centralizado no tiene otra alternativa más que la ineficiencia. Y como la Economía representa la base económica de la que depende la superestructura de toda formación económica-social nos legó un país en crisis económica permanente; y la meta principal propuesta desde 1961 que era la construcción del Socialismo la dejó solo en las intenciones, porque el modelo que impuso es la antítesis del Socialismo: el Estalinismo, modelo que llego a reconocer “no sirve ni para nosotros mismos”.
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