Todos pudimos ver y disfrutar la semana pasada el emocionante documental “Soberanía”, dirigido por Alejandro Gil y que recoge testimonios e historias de vida de especialistas de varias instituciones de BIOCUBAFARMA que participaron en el desarrollo de las vacunas cubanas que detuvieron la expansión de la epidemia de COVID 19.
Insto a los que lean esta nota a que vean el documental otra vez, ahora apreciando más allá de la historia específica de esta epopeya, el tipo de ser humano que nos presenta.
A los que hablaron en el documental los conozco a todos, con tiempo y profundidad suficientes para asegurarles que son en la vida real eso mismo que vieron: una formidable combinación de humildad personal y férrea voluntad profesional; con grandes aspiraciones por obtener resultados, pero resultados que no son para ellos en el plano personal, sino para toda la sociedad.
Seres humanos así son
la base imprescindible para construir el tipo de sociedad socialista que
queremos. El Che Guevara le confesó a un periodista en una entrevista en
1963: “El socialismo económico sin moral comunista no me interesa. Luchamos
contra la miseria, pero también luchamos contra la alienación”.
La ideología del
capitalismo nos dice casi exactamente lo contrario. El economista escocés Adam
Smith, considerado el fundador de la teoría económica del capitalismo escribió
esto en su libro “La riqueza de las naciones” (1776): “(el individuo) generalmente no pretende promover el interés publico, ni
sabe cuanto lo promueve. Al perseguir su interés propio frecuentemente
fomentará el de la sociedad mas efectivamente que si deliberadamente intentara
fomentarlo”.
Si se sigue ese razonamiento se llega a la conclusión de que el comportamiento humano es esencialmente egoísta, y que cuando genera algún beneficio colectivo, éste sería un producto colateral. El capitalismo apela a los instintos primitivos del ser humano. Algunos teóricos le llaman a eso “la naturaleza humana” , no muy diferente del comportamiento animal primitivo.
Triste conclusión para el que llegue a ella. Ese no puede ser el futuro de nuestra Patria, ni de la humanidad.
Pero los seres humanos que vimos en “Soberanía” no son así. ¿Qué los motiva? Los motiva una hermosa combinación de cultura y ética.
Una cultura que les permite comprender su país y su momento histórico, entender los propósitos de la sociedad socialista cubana y la factibilidad de alcanzarlos. La cultura es esencialmente la manera en que una sociedad aprehende la realidad, la interpreta, y crea conductas y objetivos colectivos, trasmitiéndolos a las generaciones futuras. Y una ética que genera coherencia entre lo que se piensa, lo que se dice, y lo que se hace. Ese sí es el futuro que queremos.
Notemos también, al re-visitar el documental “Soberanía”, que las organizaciones en que trabajan las personas que vimos ahí no son burbujas de aislamiento, son “empresas”. Ellos las mencionaron con orgullo.
En su condición de empresas esas organizaciones cuidan la eficiencia, generan ganancias, y van a generar más. Pero son ganancias a redistribuir entre muchos. Son empresas de muchos “dueños”, millones. Y al mismo tiempo esas organizaciones preservan (y cultivan) el espíritu empresarial que impulsa a generar nuevas iniciativas, a explorar oportunidades, y a llevar los resultados científicos y técnicos hasta sus impactos sociales y económicos finales. Son empresas que se convierten en el espacio de creatividad, de realización personal y de crecimiento espiritual de sus trabajadores.
Las personas que vimos en el documental existen, y la buena noticia para los cubanos, es que no son pocos. Las empresas en las que ellos trabajan y crean también existen, aunque en la generalización de sus prácticas de gestión todavía tenemos mucho camino por recorrer.
Esa generalización depende, entre muchas otras cosas, de la ciencia y la tecnología. Será el tema de un próximo comentario.
Nuestro agradecimiento a los protagonistas del desarrollo de esas vacunas, a los que están en el documental, y a los muchos otros que ellos representan, por las vacunas; pero no solo por eso, sino también por el ejemplo de conducta y motivación, que nos “vacuna” contra pesimismos, escepticismos y cansancios sociales.
En Cuba habrá soberanía, habrá justicia social, habrá desarrollo tecnológico y económico, y habrá socialismo. El documental “Soberanía” es un inmenso “Si, se puede!”.
Agustín Lage Dávila
Muy buena estas reflexiones de Agustín.
ResponderEliminarPobres de espíritu e ignorantes de la capacidad productiva en todos los ámbitos que generan valores como los que inspiran a quienes vimos en el documental y a muchos más que día a día, año tras año, década tras década, han contribuido y contribuyen a hacer de Cuba un país cada vez mejor, conscientes del precio que se paga por construir una patria cada vez más inclusiva, más soberana y más socialista.
Excelente reflexión, como todas las que nacen de su ingenio!
ResponderEliminarSolo una cosa, no me encuentro en Cuba de momento y no logro ver el documental que conozco por los comentarios y recomendaciones de mi hija y amigos. Alguien pudiera indicarme un sitio? Gracias y mucha salud!
Saludos. No ha pensado usted q los materiales q pública en su blog debían ser de debate obligatorio en los IPVC o al menos una selección de estos?. A lo mejor se deja llevar por la modestia, pero cuántas cosas importantes, cuántos conocimientos están dejando de incorporar estos muchachos y al final usted lo está poniendo a disposición de todos, pero de q le vale si ellos q tanto lo necesitan no lo consumen.
ResponderEliminarYo acabo de leer uno de sus materiales y me emocioné mucho, pero también sentí tristeza por esos muchachos q no lo leerán. Oiga, lea lo q le digo, analice mis palabras y se dará cuenta q no estoy equivocado.
Los IPVC tienen q debatir sus artículos.